Ya sé que muchas/os, seréis reticentes a la hora de cocinar la coliflor porque, como ya sabéis, desprende una aroma bastante particular y desagradable en su cocción. Pero este pequeño inconveniente lo podemos minimizar de manera muy sencilla, bien cociendo la coliflor en leche (como ocurre en esta receta), o bien añadiendo un poquito de leche al agua de cocción.
La coliflor es una verdura que da mucho juego y nos permite poder preparar miles de formulaciones distintas todas ellas cargadas de sabor y texturas.
Pertenece a la familia de las crucíferas, como ocurre también con el brócoli, y tiene alto contenido en fibra, bajo aporte calórico y un precio muy económico. También posee alto contenido en folatos que refuerzan nuestro sistema inmunológico.
Sin más preámbulos vamos a comenzar con la primera preparación, tal y como os he prometido.
Ingredientes
1 coliflor
1 litro de leche
1 chorrito de aceite
50 gr. de mantequilla
3 quesitos El Caserío
1 pizca de nuez moscada
Sal y pimienta
1/2 ají o guindilla fresca
Elaboración
Lo primero de todo, es lavar muy bien la coliflor y comenzar a sacar ramilletes, no de gran tamaño, para facilitar su cocción.
Introducimos en una olla la leche, los ramilletes de coliflor y un chorrito de aceite, y comenzamos la cocción a fuego no muy fuerte, para evitar que se nos queme la leche, durante aproximadamente 15 ó 20 minutos.
Cuando la coliflor este tierna, trituraremos fino en la misma olla y colaremos. Volvemos a poner a fuego lento e incorporamos la mantequilla fría en daditos y los quesitos. Triturar de nuevo, añadimos una pizca de nuez moscada y sazonamos hasta conseguir el punto deseado.
Emplatamos en un plato hondo, decorando con una pizca de nuez moscada (al gusto) y ají verde y rojo picados fino, para darle color y algo de chispa al plato.
Podemos servir fío o caliente.
Y ahora a compartir, porque la cocina nos une.
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